Foto de un acordeón o forito de botones

El acordeón es un aerófono íntimamente ligado a la música popular. En muchas localidades españolas como Asturias, Castilla o el País Vasco así como en países europeos y americanos –como el bandoneón argentino-, es uno de los elementos sonoros empleados en el folklore.

Existen más de dos mil variantes de acordeones, aunque podemos hablar básicamente de dos modalidades: el de botón (diatónico) o el de teclado (cromático).  En Canarias se emplean ambos. El Tajaraste de El Amparo (Tenerife) se interpreta con un acordeón de botón, mientras que en las parrandas que amenizaban los Bailes de Taifa de Gran Canaria eran más habituales los de teclado.

Su implantación en el ámbito de la música popular tuvo lugar en el primer tercio del siglo XX. En Lanzarote o La Palma fueron traídos por emigrantes o marineros que los traían de Cuba. En Gran Canaria se introdujeron por el cambullón, a través de marineros rusos que los cambiaban por bebidas alcohólicas. En el caso de Lanzarote, estuvo siempre ligado a las parrandas y la música marinera y se le conocía con el nombre de Forito. En Tenerife se ha apuntado que los circos que recalaban en las islas, camino de América, vendían en algunas ocasiones estos instrumentos a los isleños. Su introducción masiva tuvo lugar a través de un alemán llamado Kurt Koppel, que desde el año 1933 los vendía a toda Canarias desde una tienda ubicada en la Calle Castillo de Santa Cruz de Tenerife.

Su uso entró en decadencia a finales del siglo XX, pero han surgido algunos jóvenes intérpretes que están consiguiendo revitalizar el acordeón como portavoz de un nuevo sonido canario. El tinerfeño Jeremías Martín y el grancanario Miguel Afonso son dos de sus mejores exponentes. Este último ofrece este fin de semana varias actuaciones por La Laguna y el Puerto de la Cruz.

Foto por @alvisenihttp://www.flickr.com/photos/alvi2047/3691234158/sizes/l/in/photostream/